La semana pasada salió publicada una nueva colaboración para el suplemento “Mujer” de Clarín. La nota enfocó el tema desde la salud. A las corridas, la resolución que quedó:
Más allá de la dimensión física, cuidar el corazón es también toparse con el post de Mariana -¡gracias, nena!- que rescata un fragmento de un libro que hacía rato que quería leer (copipasteo abajo) y estremecerse hasta los tuétanos y salir desaforada a por un ejemplar.
“(…) Deja la pluma, dobla la hoja, la mete en un sobre. Se levanta, coge de su baúl una caja de caoba, levanta la tapa, deja caer la carta en su interior; abierta y sin señas. En la caja hay centenares de sobres iguales. Abiertos y sin señas.
Bartleboom tiene treinta y ocho años. Él cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará algún día a una mujer que, desde siempre, es su mujer. De vez en cuando lamenta que el destino se obstine en hacerle esperar con obstinación tan descortés, pero con el tiempo ha aprendido a pensar en el asunto con gran serenidad. Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe. No tiene nombre y no tiene señas para poner en los sobres, pero tiene una vida que contar. Y ¿a quién sino a ella? Él cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle: “Te esperaba”.
Ah! El libro se llama: “Océano mar” y es de Alessandro Baricco (el mismo de “Seda” y “Novecento”, adorables!).
2 comentarios
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2013/03/20 a 4:00 pm
Gabriela
Seda es uno de los libros más tristemente hermosos que leí en mi vida.
2013/03/20 a 4:28 pm
klinko
Buuu! Totalmente.